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Sitio Oficial Capilla de Guadalupe Jalisco México

El corazón de los altos de Jalisco.

EL MEXICANO Y LAS CARICATURAS DE SÍ MISMO
POR JUAN RAMÓN ÁLVAREZ

Los Ángeles 27 de junio del 2014. Este  lunes pasado 23 de los corrientes mientras mi hijo y este servidor veíamos en la tele el partido de México versus Croacia,  nos percatamos una vez más del deseo extremoso de los fanáticos mexicanos de llamar la atención a como diera lugar.  ¿A qué me refiero?

Pues sucede que cientos o quizá miles de los de los fans (como les dicen actualmente), ahí en el estadio brasileño, estaban vestidos como antropófagos aztecas, es decir con taparrabo y plumas, sin embargo la mayoría de ellos chaparros y sobre todo panzones, se vestían con la camiseta del TRI y además traían un sombrero grande de esos que son exclusivamente para colgarlos en la pared y que para nada usan los charros.

Mundial Brasil 2014 - Afición Mexicana

Mundial Brasil 2014 – Afición Mexicana

Aún más, la mayoría de los que (según ellos) lucían el mentado sombrero, lo traían con lo de atrás, hacia adelante. Otros muchos no traían camisa a pero eso sí, también destellaban caladas máscaras de luchadores mexicanos. Los menos se disfrazaron del Chavo del Ocho.

En referencia a lo anterior mi hijo me platicó que hace algún tiempo el cuñado de él o sea mi yerno quien es originario de Hawái pero de ascendencia japonesa y portuguesa, le comentó a mi retoño que él, no entendía a los mexicanos cuando se empeñaban en hacer caricaturas de sí mismos. Luego el esposo de mi hija procedió a explicar precisamente las conductas parecidas a las mencionadas líneas arriba.

Mi hijo me explicó que esa vez que mi yerno había dicho aquello, él se sintió insultado, pero después aunque le costó, entendió y luego aceptó que su cuñado tenía razón. La plática de mi hijo me cimbró pero a pesar de la resistencia que puse, las imágenes aparecidas en la pantalla del televisor, acabaron por convencerme.

Por ello me pregunté sin encontrar respuesta alguna “´ ¿por qué esa necesidad psicológica tan profunda del mexicano de auto caricaturarse ante el resto del mundo?” A lo anterior rigurosamente hay que agregarle los pocos buenos modales de los gritos de la afición cada vez que despeja el portero del equipo contrario. ¿No es eso también algo que nos pone en exhibición de lo que somos y por lo tanto de cómo obviamente nos ven el resto de los seres humanos que siguen el fútbol?

Los disfrazados de aztecas ¿sabrán que los mexicas eran caníbales explotadores de las tribus vecinas a quienes les robaban sus vírgenes para sacrificarlas ante su sanguinario dios Huitzilopochtli? Ah pero también sus sacerdotes luego se comían el tórax de las mismas jóvenes y por fin los brazos y las piernas de la muchacha víctima, eran arrojaban al populacho que inmediatamente devoraba crudos, los mencionados extremos.

Los camuflados con la camiseta de la selección y también con un sombrero ancho y usado con lo de atrás para adelante, demuestran su total ignorancia y por ende, el poco respeto para el hombre de a caballo mexicano. Los otros, los de atuendo de luchador y sin camisa que exhiben una panza prieta y enorme ¿sabrán lo que cuesta el ejercicio físico al que se someten los luchadores?

Por último ¿sabrán en el resto del mundo de los personaje cuasi retrasados mentales del programa del Chavo del Ocho? Digo, ¿entonces para qué hacer todas esas ridiculeces?

Conclusión

Por todo lo anterior, me queda claro que definitivamente en la mente del mexicano existe esa extremosa necesidad de llamar la atención a como dé lugar aunque esto implique auto ridiculizarse. De otra forma ¿cómo explicar la auto caricatura de sí mismo?

Amigo lector, si la opinión de usted no concuerda con la de este servidor, yo quiero conocer la suya, gracias.

alvarezdmezcala@yahoo.com

… VIERNES DE CUARESMA
Por Elba Gómez

Es viernes y como todos los viernes Martha se levanta temprano, desde la noche anterior programa su desvencijado teléfono celular para que a las 05:00 horas despierte a ella y a su marido al compás de una estruendosa pieza musical interpretada por su admirada Jenni Rivera. Eso indica que comienza su día laboral. Ella trabaja fuera de casa también, para ayudar con los gastos de la casa  a su esposo que  se desempeña como albañil. La economía familiar cada día es más difícil.

Pasión de Cristo

Pasión de Cristo

Con toda prisa Martha hace la limpieza de la casa, luego prepara el desayuno mientras alzando la voz intenta, y logra sacar de la cama a sus cuatro hijos varones, quienes cohabitan apilados en un diminuto cuarto donde  suben y bajan de las literas buscando sus respectivos teléfonos celulares, los muchachos de nueve, once y catorce años los mayores  corretean por el estrecho pasillo que lleva al único baño que tiene la vivienda, y que por lo general no cuenta con agua corriente. Los cuatro van a la escuela.

Complementa la familia de Martha su hija Joanna, con apenas diez y seis años de edad y cinco meses de embarazo, sin el apoyo del padre de su hijo, Joanna sigue viviendo en el hogar paterno y ocupando el mismo lugar para dormir que le fue asignado desde los ocho años; el sillón de la sala, el que está frente  al televisor de pantalla plana que su padre compró en abonos en una tienda de conveniencia. Joanna dejó la escuela hace dos meses.

Familias como la de Martha hay millones en el territorio mexicano, con problemas económicos  que afectan directamente a sus miembros, sólo que a esta familia le es más difícil la situación por vivir en la ciudad que viven, en Tepatitlán Jalisco donde según cifras que presentó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) clasificó a Tepatitlán en primer lugar en variaciones extremas dentro del índice nacional de precios al consumidor. Es decir, Tepa tiene la variación más alta del país con 0.83 % en sus precios.

En los dos primeros meses del año del 2014 Tepa fue considerada la ciudad donde es más caro vivir, no sólo el INEGI lo afirma sino que la Procuraduría Federal del Consumidor aportó datos donde da cuenta de este estudio. La disparidad que hay entre el tener que vivir y pagar por vivir en la ciudad donde cuesta más todo y la apatía de los sectores que pudiendo hacer algo por revertir la situación se quedan con los brazos cruzados es indignante.

Martha no sabe de cifras, no entiende cómo y para qué se hacen estos estudios, lo que si entiende es que debe ser agradecida con Dios por estas necesidades económicas, su entendimiento en materia de finanzas sólo le alcanza este día para hacer cuentas si con lo que le sobre después de pagar la renta saldrá la semana… y además es viernes… y viernes de cuaresma. Hace tiempo que tiene el deseo de elaborar para su familia un menú cuaresmal como lo ha visto en la televisión.

Después de mandar hijos a la escuela, marido al trabajo y dejarle a la hija su licuado con huevos, Martha se dirige al billar donde se encuentra el propietario de la casa que habita con su familia, le paga la renta mensual que importa una semana completa del salario de su cónyuge, luego aborda el transporte público para ir a trabajar, es empleada doméstica, aunque los viernes los dedica a planchar ropa ajena y es el día en que recibe más dinero pues acude a tres domicilios diferentes, uno en la mañana, dos en la tarde. El producto íntegro del trabajo de Martha es empleado para la alimentación de la familia.

Transcurre la mañana, mientras las prendas planchadas formaban una hilera casi interminable, la mujer hace planes de cocinar esa deliciosa comida de cuaresma con lo que le paguen al terminar de planchar. Echando a volar la imaginación elabora un menú tras otro y así, uno tras otro desecha por incosteable. Pensar por un momento en deleitar a su familia con unos camarones a la diabla le costaría dos días de trabajo, unos filetes de tilapia rosa empanizados con ensalada rusa pues no, sale caro,  considerar hacer capirotada tampoco, luego qué haría para pagar el abono a Elektra que es el equivalente a una semana de sueldo de Rubén su marido o a dos de ella.

Son las once de la mañana, queda lista la última prenda, Martha guarda los utensilios de trabajo y se presenta ante su empleadora esperando recibir su remuneración monetaria que le ayudarán a solventar las necesidades alimenticias de su prole, sin embargo, la noticia de que la contratante no tiene liquidez hacen que la trabajadora vea irse por los suelos sus planes de agasajar a su familia con platillos tradicionales de cuaresma.

Sólo cuenta con $90.00 y tiene que alimentar a siete personas, práctica como toda mujer, decide el menú ajustándose al limitado presupuesto, para no gastar en camión decide caminar las doce cuadras que la separan de su casa y comprar en la tienda de la esquina lo necesario para la comida familiar. En el camino compra en una tortillería dos kilos de tortillas, luego al llegar a la tienda pide cuatro vasos de sopa Maruchan de camarón para los hijos, una lata de atún para Joanna, una lata de sardina para ella y para su marido y un refresco de cola de dos litros, de esos que dicen: “Big Cola” que solamente cuestan diez pesos.

Tranquila por cumplir los preceptos de ayuno y abstinencia que marcan los lineamientos de todo practicante de la religión católica, Martha se siente satisfecha, la vigilia impuesta y respetada cobra este día en la mujer, el sentido de pertenencia a un grupo al que se accede según ella, por medio de sacrificios de índole económica y por lo tanto son acreedores para pasar directamente al cielo una vez que pasen a mejor vida.

¿Será Tepatitlán el lugar adecuado para que Martha y demás personas con su entendimiento  expíen sus culpas? ¿Y si todos somos Martha?