EL SILENCIO COMO ORACIÓN
POR JUAN RAMÓN ÁLVAREZ

Hace unos días platicando con el Padre Jiménez (El Padre Cuaresma) tocamos el tema del silencio como algo primordial para la espiritualidad. De ahí le derivamos al Salmo 46 y algo muy similar en el zen budismo. El mencionado Salmo dice “Permanece callado y sabrás que yo soy tu Dios.” Por su parte la “oración” del zen, enseña preguntando “¿Qué pasa cuando nada pasa?”

El silencio como oración

El silencio como oración

Mi amigo el sacerdote, me escuchó sobre todo en mi afán de hacer un paralelismo entre las dos oraciones, la una judaico-cristiana y la otra budista.

El padre me dejó hablar yo creo más por cordialidad que por otra cosa. Sin embargo no tuvo empacho en decirme que él, no tenía conocimiento sobre las religiones orientales.

Este servidor no insistió, terminamos la charla pero después me llegó la idea de escribir algo al respecto.  Es por ello que hoy, comparo y contrasto el Salmo mencionado y la pregunta del zen.

El Salmo 46:10 nos aconseja que en el silencio está Dios. Sin embargo no nos dice que inmediatamente lo encontraremos ni tampoco cuánto tardaremos en sentir su Divina presencia.

La pregunta oriental nos dirige a que nos fijemos en la inmovilidad, que sintamos el cero movimiento en fin, el silencio. Y aunque en el budismo zen no mencionan a Dios sino a la “fuente“(Tao) el señalamiento es para que al experimentar la nada, nuestra percepción cambie.

Al igual que el caso en el Salmo, la pregunta del zen no nos promete que la respuesta nos la encontraremos con tan solo fijarnos en la propuesta, es decir inmediatamente.

Pero en ambos casos y sobre todo a su debido tiempo, nos llega la iluminación, la bendición esperada para que de pronto de la nada, nos demos cuenta que la solución al problema, la respuesta a lo que habíamos pedido, el empleo deseado, la sanación del alma, de la mente y el cuerpo, todo tan necesitado, tan anhelado, ahí está, ahí estaba esperándonos.

Hace tiempo escuché a una señora de Tepatitlán decir que “los tiempos son de Dios.” Sin ninguna alusión al tema de este escrito, la fémina creo yo, se refería a algo similar en el Salmo y en la pregunta zen budista.

Si los tiempos son de Dios entonces hay que permanecer callado para saber que Él es nuestro Dios. O puesto de otra forma ¿qué pasa cuando nada pasa?

Eso es el silencio como oración.

Amigo lector, si la opinión de este servidor no comulga con la suya, yo quiero conocer la de usted, gracias.

alvarezdmezcala@yahoo.com