TEPA Y EL INSUSTENTABLE MITO DE MAPELO
POR JUAN RAMÓN ÁLVAREZ

Los Ángeles 15 de agosto del 2015. Hace unos días platiqué por teléfono con mi amigo Paco Gallegos el famoso cronista del Municipio de Tepatitlán. Entre otros temas, tocamos el de Mapelo. Le pregunté a Paco que si existía algún documento de aquellos años de la llegada de los benditos españoles, que mencione al dizque líder tecuexe. Gallegos no me pudo citar alguno. El historiador mencionó sin embargo que en el Archivo Municipal sí había tal cosa. Insistí con la pregunta de que si él lo había tenido en sus manos. La respuesta no llegó.

Tepatitlan de Morelos

Tepatitlan de Morelos

Por su parte otro amigo mío Don Francisco (Quico) Alcalá Barba otro cronista del mismo municipio y hablando sobre el mismo tema, hace meses me dijo que se sabe de Mapelo exclusivamente por la tradición oral. Si mi interpretación de lo anterior fuera válida, entonces mi conclusión es que no existe documento alguno sobre el dizque cacique indígena. Si ese fuera el caso, todo se antoja como un mito. Después de todo ¿qué es la tradición oral? Es algo así como un poquito menos que nada.

Lo que sí existe es la obra escrita por el autor español Fray Antonio Tello “Crónica Miscelánea de la Sancta Provincia de Xalisco.” En el Libro Segundo volumen Uno y precisamente al principio del capítulo XXXVIII, en la página 146, se puede leer lo siguiente “Salio del Rio de Cuitzeo Chirinos, y de ahí fue Tzapotlan del Rey, al valle de Acatic y a Tzapotlan de Juan de Caldivar, grandes cabezeras y a Tecpatitlan, hasta cerro Gordo donde había mucha gente huamares de nación çacatecos…vivian en ranchos movedçios..andaban en cueros y dormían donde les cogía la noche.”

El fraile franciscano menciona otras tres veces en su famosa crónica a “Tecpatitlan” pero ni de chiste hace alusión a ningún cacique y mucho menos a Mapelo. Yo no sé si haya algún otro documento más antiguo a la “Cronica Miscelanea,” pero la verdad, lo dudo.

Por otro lado nótese por favor que los seres humanos que menciona el padre Tello que andaban en cueros, y que dormían donde se les agarraba la noche, denota que no tenían algún orden social por eso se puede concluir que no tenían líder alguno como se nos ha impuesto en Tepa, el concepto de Mapelo.

En Tepatitlán se ha escrito en forma florida sobre el personaje aborigen dizque originario de aquí mismo pero  ¿es solo invención? Si es ficción muy justo sería que se nos dijera la verdad incluyendo que se mencionara a la primera persona que empezó la tradición. Si por el contrario se encontrara algún documento que tuviera alguna, por mínima que fuera, credibilidad, entonces que de igual manera se cite. Teniendo algo factible, podremos referirnos a ello descartando por ende la posibilidad del mito, repetido ad nauseaum pero al fin mentira.

Para encontrar lo mencionado en el párrafo anterior, los cronistas tendrán que dedicarse a ensuciarse los dedos con los archivos antiguos. Es decir, no sólo tendrán que ejercitar su hermosa creatividad (que nadie cuestiona) en la escritura, sino dedicarse a la investigación seria. Es verdad, la investigación es tediosa, quizá odiosa pero ¿hay otro camino?

Mientras son peras o son perones, mientras llega el día que algún historiador nos muestre lo contrario, voy a usar una frase de mi amigo Paco Gallegos “todo parece indicar que se trata…” me refiero claro a Mapelo, de un insustentable mito de Tepa.

Amigo lector, si la opinión de un servidor no comulga con la de usted, yo quiero conocer la suya, gracias.

alvarezdmezcala@yahoo.com