PERSONAJES JOSÉ GUTIÉRREZ PÉREZ.

Por N.S.G. Tepatitlán de Morelos, Jal.

José Gutiérrez Pérez

José Gutiérrez Pérez vio la luz primera en la cabecera municipal de Tepatitlán de Morelos, el 19 de marzo de 1883, desde pequeño manifestó vocación religiosa.

En Tepatitlán llegó máximo de instrucción educativa, cuarto año, posteriormente ingresó al Seminario de Guadalajara donde realizó la carrera eclesiástica y en 1906 se llevó a cabo su ordenación sacerdotal.
Su primera misa cantada fue en Tepatitlán, el 12 de diciembre de 1906, cuando contaba con 23 años de edad. Se dice que su carrera fue brillante, porque contaba con una inteligencia especial. Fue doctorado en Filosofía y Teología. Realizó en ciudad Guzmán su primera labor sacerdotal, esto durante tres años. Posteriormente ocupó la curía de Tototlán donde llevó a cabo una labor evangelizadora magnífica.

En 1926, a raíz del conflicto cristero, desempeño altos cargos siempre en el anonimato: como secretario particular y consejero del señor arzobispo de Guadalajara, doctor Francisco Orozco y Jiménez, quien fue desterrado del país cinco veces.

Las cartas pastorales emitidas durante estos períodos son obra del canónigo Gutiérrez Pérez. Durante lo más álgido del conflicto, permaneció oculto en las hondonadas del Río Verde, donde dio muestras de valor, de sacrificio y entrega en pro de la misión confiada.

En uno de los recorridos efectuado por el Dr. Francisco Orozco y Jiménez, en visita a Atotonilco el Alto en el año de 1913, su señoría ilustrísima sufrió un fuerte cólico que por poco le cuesta la vida. Le acompañaba como secretario de visita el presbítero José Gutiérrez Pérez (nuestro personaje) y como familiar el padre José María Figueroa Luna. Al sobrevenir la mejoría, el padre Gutiérrez Pérez presentó la propuesta de que su ilustrísima visitara a sus tíos, los propietarios de La Estanzuela, que él tan bien conocía desde tiempos memoristas, así como a su parentela, incluido su ilustrísima.

Ostento diversos cargos: Chantre de la Basílica de Guadalajara, prelado doméstico y confesor del señor arzobispo, párroco de diversos curatos de México y uno en Estados Unidos de Norteamérica, donde permaneció exiliado durante la Revolución Maderista. Poseía enorme riqueza y nunca disfrutó, misma que se acrecentó y a su muerte la donó para obras benéficas: al Seminario de Guadalajara, un millón de pesos; un millón de pesos para las misiones en China; medio millón para la escuela fundada por Anita Casillas.

Falleció en Guadalajara el 17 de julio de 1958.

Fuentes:
Arquidiócesis de Guadalajara.
Bosquejo Histórico y Personajes de Tepatitlán. José Alberto Casillas. Edición, 1977. Auspiciado por el Comité organizador de la VII Feria de Abril de 1977.